Muchas parejas, hoy en día piensan que el matrimonio es para toda la vida, que nada en este mundo ni nadie logrará separarlos jamás, que el amor todo lo puede y que durará eternamente. Pero esto no ocurre en muchísimas ocasiones, y cada día tenemos más ejemplos, por lo que la mítica frase de "Hasta que la muerte nos separe" no es cierta.
Muchos son los motivos que pueden llevar a una ruptura en el matrimonio. Así podemos hablar de infidelidades, la falta de comunicación entre los cónyuges, violencia y agresividad, problemas económicos, diferencias religiosas y culturales, adicciones por parte de alguno de los cónyuges, etc....
Esto nos lleva a pensar en el divorcio, tarea muy difícil para enfrentarse sin la ayuda de un profesional, un abogado de familia. Estamos ante una serie de problemas difíciles de resolver, primeramente ¿dónde tengo qué acudir?, ¿qué documentación tengo que presentar?, pensión compensatoria ¿tengo derecho?, ¿qué es la custodia compartida?....
El divorcio puede ser solicitado por los dos cónyuges o simplemente por uno de ellos.
Si entre ambos cónyuges existe acuerdo nos hallamos ante una supuesta ruptura matrimonial de mutuo acuerdo, que es el procedimiento más sencillo, rápido y económico. Permite que ambos cónyuges puedan ser defendidos por un sólo abogado y representados por un mismo procurador.
Si por el contrario nos encontramos ante un divorcio contencioso, éste será mucho más costoso económicamente, más complicado y más largo. Cada una de las partes tendrá que acudir con su abogado y su propio procurador. Esta es la vía menos aconsejable.
También existe el llamado divorcio notarial, este podrá realizarse siempre que la pareja no tenga hijos menores o bien estos se encuentren ya independizados.. Aquí no es imprescindible que haya un procurador y eso sí la escritura que deberá ser firmada por el abogado de familia experto en temas de divorcios la tendrá en muy pocos días.
Llámenos sin compromiso alguno, estamos a su entera disposición.